Ya ni recuerdo donde, mas varios años atrás descubrí la siguiente pequeña fábula que contiene buenos puntos: Un pajarito volaba hacia el sur para escapar el invierno.

estaba tan frio en la alta atmósfera, que se conjeló y cayó en un campo grande. Mientras estaba tirado en tierra, pasó una vaca y depositó una generosa carga de estiércol sobre el pobre animalito. Mientras reposaba en el desecho, el pajarito realizó que el calor había regresado. Ahora, sintiéndose comodo y feliz, el pajarito empezó a cantar. Un gato que iba pasando oyo el canto del pajaro y se acercó para investigar. Dentro unos momentos, el gato sacó al pajarito, e se lo comió. Las lecciones aprendidas en esta extraña historia, son estas:(1) No todos los que te bañan de estiércol son tus enemigos. (2) No todos los que te sacan del estiércol son tus amigos. (3) Si te encuentras en el estiércol, no abras la boca. [fin] Bueno, por lo menos la tercera lección es bíblica. Cuando empezemos a sentir que nuestra vida se ha vuelto un montón de estiércol, recordemos que Filipenses 2:14 nos aconseja que hagamos todas las cosas sin murmurar.