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Lo Que Usted Debe Creer

En una ocasión, Cristo hizo la siguiente pregunta a sus discípulos: Quien dice la gente que yo soy? Ellos respondieron:--unos, Juan el Bautista; otros, Elías; otros, uno de los profetas. Entonces él les Preguntó: --Pero vosotros, ¿quién decís que soy yo? (Marcos 8:27-29) Han pasado dos mil años desde que Jesús hizo esta pregunta y las diferentes opiniones acerca de su persona aún existen hoy. No obstante, lo que creemos acerca de la persona de Cristo es tan esencial hoy como lo fue en el tiempo de los discípulos. Por ejemplo, en el Capítulo 8 del evangelio de Juan, Jesús le dijo a los escribas y fariseos que no creían en el: Vosotros sois de abajo; yo soy de arriba. Vosotros sois de este mundo; yo no soy de este mundo. Por esto os dije que moriréis en vuestros pecados; porque a menos que creáis que yo soy, en vuestros pecados moriréis. La Biblia confirma esta verdad en muchos lugares, mas un versículo notable está en la Primera Epístola de Juan 5:12. Dice así: El que tiene al Hijo tiene la vida; y el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida. El más conocido versículo de la Biblia, Juan 3:16, nos dice claramente que la vida eterna es para todo aquel que en él (Cristo) cree. Si los que creen en Cristo son salvos, es obvio que los que no creen, están perdidos. Fuera de Cristo, no hay salvación. Hechos 4:12 nos dice: Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre debajo del cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. Como lo pueden ver, mis queridos lectores, el creer que Cristo es el Hijo de Dios, y que es el único que perdona y salva, es más que importante, es absolutamente necesario. Estóy enterado que muchos se sienten incomodos al oír la palabra salvación usada repetidamente, mas no creo que la emfatizamos más que la misma palabra de Dios. Si Cristo es el Salvador, ¿como podemos evitar el uso de las palabras salvos y salvación ? La verdad es que nuestro destino eterno depende en lo que creemos. Y no me refiero a lo que decimos que creemos, ni lo que confesamos con nuestra boca. Creer en Cristo de verdad es asunto del corazón. Las palabras son baratas. Podemos decir lo que mejor nos parezca, pero eso no quiere decir que así es. Por ejemplo, le puedo decir a la gente que soy británico, mas eso no lo hace una realidad. No, el creer en Jesús tiene que ser de corazón y de verdad. Escribiendo a los romanos, el apóstol Pablo hizo esta declaración: Que si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y si crees en tu corazón que Dios le Levantó de entre los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, y con la boca se hace confesión para salvación. (Rom 10:9-10) En otras palabras, el confesarlo con la boca tiene que ser acompañado con la creencia del corazón. Apreciable lector, ¿cree ustéd de verdad en el Señor Jesucristo? ¿Cree que él es Dios, y el único que le puede salvar? ¿Lo ha confesado? ¿Se lo ha dicho a Cristo tanto como a otros? Si contestó estas preguntas afirmativamente, lo felicito, mas si respondió en lo negativo, le ruego que lo confiese hoy, pues lo que creemos acerca de él, es asunto de vida y muerte.
 


 
 

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