Los que pueden matenerse libres financieramente merecen un aplauso porque manejar un presupuesto requiere diligencia y esfuerzo. Es un hermoso sentir cuando totalmente pagamos una cuenta. Pagarlas todas ha de ser mucho mayor. Aun así, mientras vivamos esta vida, siempre tendremos dos que jamás pagaremos, y no hablo de dinero. Una es a Dios por el inalcanzable costo de nuestra salvación, y la segunda es a nuestro prójimo de amar y compartirle el evangelio. (Lea Romanos 1:14 y 13:8) Está pagando ud. sus cuentas?
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