Es comprensible y esperado ver la propaganda promotiva en el mundo del cine y los deportes. Lo que da tristeza es que la propaganda ha llegado al campo evangelistico también. Espero nadie se ofenda, pero me parece que la mayoría de los que son engañados con la propaganda espiritual son los hispanos y los de descenso africano. Creo que puedo presentar una prueba razonable a cualquiera que dude mi posición. ¿Será porque nosotros somos entre los más sensuales y emocionales de las gentes? La verdad es que no tengo las respuestas. Algunos preguntarán: ¿A que se refiere ese hermano? ¿Que es propaganda religiosa?Empezemos con esto: Si yo soy el promotor de un campeonato de boxeo y quiero ganar los ingresos máximos, hare todo lo posible para incitar al público para que pague por ver dicha pelea. Mis tácticas pudieran incluír pintar a los contrincantes como los mejores boxeadores de toda la historia; decir que son los peóres de enemigos, o que la pelea es una revancha personal donde solo uno terminará en pie. Es una acción dirigida a la promoción. La idea también ha logrado su éxito en el mundo cristiano. Muchos creyentes han sido engañados en creer que los mejores evangelistas o pastores son los que gritan o danzan más fuerte mientras predican, o sino son aquellos que dicen las cosas más fantásticas y les prometen las mayores bendiciones y promesas de Dios. Hay un refrán americano que dice: "salchicha es salchicha no importa como lo rebanes." El punto es que lo que és no cambia solo porque alguno lo llama por otro nombre o lo pinta de otro color. Así es el evangelio. Si uno lo canta; lo grita, o lo predica al revés y de cabeza, nada cambia. Nos dice Isaías 40:8 la heirba se seca, y la flor se marchita, pero la palabra de nuestro Dios permanece para siempre. Que no nos engañe la propaganda. Lo que más importa es lo que está por dentro. Como dijo alguno, "No es el tamaño del león, sino el tamaño de su corazón."